Yodóforos

Principalmente recomendados en tinturas y soluciones de yodo, como antisépticos de la piel o tejido. Por otro lado, los yodóforos se han utilizado tanto como antisépticos como desinfectantes.

Un yodóforo es una combinación de yodo y un agente portador o solubilizante; el complejo resultante proporciona un reservorio de liberación continua que libera pequeñas cantidades de yodo libre en solución acuosa.

El yodóforo más conocido y más utilizado es la yodopovidona, un compuesto de polivinilpirrolidona y yodo.

El yodo es capaz de penetrar rápidamente en las paredes de la célula de los microorganismos, por lo que se cree que sus efectos letales se deben a la ruptura de la estructura de la proteína y del ácido nucléico y a la interrupción de su síntesis.

Los informes publicados sobre la eficacia antimicrobiana in vitro de los yodóforos, demuestran que estos son bactericidas, virucidas y micobactericidas, pero es necesario tiempos prolongados de contacto para destruir determinados hongos y esporas de bacterias. Los datos de los fabricantes muestran que los yodóforos comerciales, en diluciones recomendadas, no son esporicidas pero sí tuberculocidas, fungicidas, virucidas y bactericidas.

Además de su uso como antisépticos, los yodóforos se han utilizado para la desinfección de frascos para hemocultivo y aparatos médicos, como tanques de hidroterapia, termómetros y endoscopios. Los yodóforos antisépticos no resultan adecuados como desinfectantes de superficies duras debido a las diferencias de concentración y los formulados como antisépticos, contienen mucho menos yodo libre que los formulados como desinfectantes.

Cuaternarios de amonio

Los principios comúnmente utilizados en las instituciones de salud incluyen cloruro de dimetil benzil amonio, cloruro de alquil didecil dimetil amonio y el cloruro de dialquil dimetil amonio. Utilizados como desinfectantes de bajo nivel para aplicar sobre superficies ambientales hospitalarias, inclusive los de última generación.

Hace algún tiempo fueron utilizados como antisépticos, hoy contraindicados como tal por el CDC, debido a varios brotes infecciosos asociados con la contaminación de la solución en uso.

Su mecanismo de acción se debe a la inactivación de enzimas productoras de energía, a la desnaturalización de las proteínas celulares y ruptura en la membrana celular.

Su actividad se reduce en presencia de materia orgánica; su principio activo puede ser absorbido por materiales que contengan celulosa por lo que no se recomienda su uso en telas y gasas.

La acción germicida de los cuaternarios de amonio es bastante limitada por lo que su recomendación de uso limita a la desinfección de superficies ambientales como pisos, muebles y paredes. No se recomienda para el manejo de derrames de sangre.


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